martes, 24 de abril de 2012

El juego infinito en Alemania.

Karl Rudolph Reindeer -sí, sí, como uno de los renos de Papá Noel-  recibe El juego infinito en Alexanderplatz, en Berlín (Alemania) con la inmensa alegría de recibir un gran regalo de un gran amigo.
Allí, participando del Proyecto Comenius "National and European Landmarks" entre alemanes, húngaros y españoles, entre sesión y sesión, autor y representante alemán hacen sitio a la imaginación escrita.
El juego infinito salta el "muro" de Berlín.
Los libros, como los hombres, también hacen turismo. Y los hombres, como los libros, a veces tienen que huir de la quema saltando muros. Tal vez estos graffittis nos recuerden que tanto en la escritura como en la vida real en nuestro pequeño planeta aún quedan muchos muros que saltar para sobrevivir.