Fue con la última charla que dio el autor en un centro de secundaria de Bilbao cuando se dio por finalizada la edición.
Un año y medio escaso es lo que se tardó en vender entre librerías, centros escolares y amigos.
El juego infinito ha sido muy querido y apreciado por los lectores, que han dejado al autor la satisfacción de sentirse reconocido. De todos los comentarios vertidos quizás el más rotundo sea el siguiente:
"Te
agradezco la(s) dedicatoria(s).
Vaya ritmo
cinematográfico que tiene… seguro le vemos en las pantallas.
Lo cierto
es que me ha parecido fantástico.
Pero para
bajarte el ego por este libro tan redondo quiero decirte de algo que noto que
falta.
Una falta
tremenda de grande, imperdonable.
Echo de
menos, en la contraportada, con la autoría de un sicólogo o pedagogo de
renombre una cita que diga: “De lectura imprescindible en todos los institutos
de España.”
Espero que este
error se subsane antes de la décima edición.
Enhorabuena." (F.J. González Alonso)
Y viniendo la crítica de una adolescente, tal vez éste sea el más simbólico por cuanto la lectora, devoradora de libros, no tardó ni 24 horas en enviar esta carta al escritor:
"Querido Carlos:
Tras leer tu libro me he quedado un rato en silencio, pensando. Es curioso conocer el punto de vista de alguien totalmente ajeno e imparcial como es el tiempo (un curioso y, en mi opinión, extraordinario narrador de esta obra) sobre algo tan cercano y presente que, de hecho, no me había parado a analizar. Leyendo tu libro he podido percibir la pasión y el esfuerzo dedicados y, sinceramente, me han emocionado profundamente.
He devorado sus páginas con una profunda ansia, y es que, cuando conoces mínimamente al autor, encuentras en el texto algunos guiños que otros simplemente no apreciarían.
Tras muchos intentos de transcribir mi experiencia y mi opinión, sólo se me viene a la cabeza una conclusión:
Sin Palabras
Sinceramente, de una apasionada amante de la lectura, y del arte, al fin y al cabo.
Eva Ibáñez"
Un saludo y los agradecimientos del autor a todos los que han contribuido a su lectura y expansión: amigos de siempre y amigos del Juego, personas conocidas y desconocidas que se arriesgaron a tomarlo en sus manos, librerías amigas y anónimas para el autor, colegios públicos y privados que habéis creído que El juego infinito tenía algo que decir.
¡Y a la Editorial Dossoles por creer en el libro!