Quiero creer que este es el diario secreto que nunca leería alguien capaz de respetar los secretos de los demás. O si ese alguien se hubiera atrevido a llegar a esta cuarta línea no dudaría en detener su lectura por no incurrir en pecado de morbo. Es más, quiero creer que si se diese el caso de presunción de inocencia por parte suya, jamás contaría nada, jamás citaría nombres, jamás, si me viese, mostraría señal alguna de haber invadido su propia vergüenza.
Día uno: He navegado por la red y recorrido varios blogs.
¿Qué he aprendido?
A silenciar el pensamiento, a no comentar lo que merece un silencio, a pasar de puntillas para no pisar ningún ego.
Silencio...
2 comentarios:
¡Ah, vale, pues bueno, eso, que yo nunca estuve aquí ¿eh?!
Je, je, je.
Un abrazo,
Segis
¿Quizás por eso no te encontré? joi, joi
Publicar un comentario