Con suave latido
sienten las patitas
de la mariquita
la oculta belleza
de la naturaleza.
Al leve contacto,
su cuerpo ovalado
se le ha sonrojado
y queda imprimido
un fugaz sarpullido.
Cual nuevo milagro,
radiante y hermosa,
sutil y graciosa,
por casa ha tomado
una flor a su lado
quien, en su grandeza,
-fiel naturaleza-
le otorga el color
sellando un suspiro
del más bello amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario