Entrevista al autor de
"Cuentos de las tres edades"
Juan
Carlos Martínez Iglesias -creo que la mayoría de los presentes
lo conocéis- siempre
ha sido un apasionado de la vida y de la gente. A menudo ha combinado en su
vida varias de sus pasiones: la lectura, la escritura, la música, el deporte,
los viajes...y especialmente su profesión, profesor de Secundaria-Bachillerato
que tanto le ha dado y que le ha permitido vivir innumerables experiencias, o aventuras,
en esta vida.
Pero no le preguntaremos lo que muchos de vosotros sabéis o habéis leído en las cubiertas de sus libros.
1.
Juan Carlos, ¿Qué han
significado los cuentos en tu vida? ¿Cómo comenzaste a escribir cuentos?
La vida es un cuento, un relato breve
continuo. Cada día es una historia. De hecho, cuando nos encontramos con los
amigos, o la familia, lo primero que decimos es: ¡Cuéntame un cuento!, o sea:
qué es de tu vida. Y contamos. Contamos pequeñas historias. Por tanto, la
vocación oral de cuentistas la arrastramos todos y cada uno de nosotros en la
vida.
Luego viene lo de escribir, para que
dure un poco más en la memoria colectiva. En estos 17 años de escribir
historias, o relatos, o cuentos han sido esencialmente las personas de mi
entorno quienes me los han regalado, o inspirado. Por eso, en un momento
determinado entendí, y me quedó bien claro, que a todos alguien debería escribirnos un cuento. De hecho a mí
también me ha escrito el mío ese alguien.
Porque los cuentos son una forma
amable de aprender de la vida a través de otras vidas, sin que sobren palabras,
de forma directa, concisa.
Así, pues, los cuentos siempre me han rodeado, sobre todo en mi profesión.
2.
¿Se puede escribir sin
leer?
¿Se puede escribir poesía sin haber
leído a Lorca, Machado, J.R. Jiménez, Juan de la Cruz, Teresa de Jesús, Jorge
Manrique, Garcilaso, Lope de Vega, Quevedo
etc. etc?
Es posible. Pero, ¿seguro que el
poeta no andaría cojo, manco o tartamudo en su quehacer?
En los cuentos, y novelas, ocurre lo
mismo. El resultado será diferente, el del buen lector-escritor y el del
autosuficiente que desprecia lo ya escrito en el presente y en el pasado, algo
no difícil de apreciar al leer un texto.
La infancia me dio cuentos (rusos,
griegos, chinos, españoles…), la adolescencia me enseñó los clásicos, la mili
la novela hispanoamericana, etc, etc.
Y como decía mi gran profesor de griego, el P. Marquina, a mis 17 años, “Hijitos, mañana agradeceréis lo que hoy leéis, estudiáis y creéis que no os sirve para nada”. En mi caso fue profético.
3.
¿Por qué escribes
cuentos y no novelas?
Hay publicadas dos novelas, una
situada en Burgos, la otra en Bilbao. Existen otras en el cajón del autor. Sin
embargo, tuve que aceptar las palabras de Marian, mi pareja, cuando me sugirió
que lo mío eran los relatos breves, los cuentos.
En realidad siempre he escrito sobre mi entorno, por eso en ello siempre aparece Burgos, Bilbao, Navarra y los países que me han acogido y con cuyos ciudadanos he tenido la suerte de comunicarme. Si no, ¿cómo es posible que aparezcan personajes tan distintos de los países y ciudades que observáis en la pantalla?
4.
¿Qué cuento tuyo es el
que más te gusta?
-Respuesta imposible. Me gustan especialmente
los que llegan al lector, y me lo comunican. En el presente libro el 80% son
cuentos inspirados por amigos y regalados a esos mismos amigos (mis disculpas
por no haberos escrito a los aquí presentes aún vuestro cuento simplemente, tal
vez, porque os conocí demasiado pronto, cuando el cuento en mí era algo tan
solo oral.
¿Cuál me gusta más? Cada uno de ellos me trae el recuerdo de quien me lo regaló. En la Literatura medieval con frecuencia el autor era anónimo o incluso colectivo. En ese sentido mis cuentos podrían pertenecer a la colectividad. No está demostrado que incluso la Ilíada de Homero fuese un trabajo individual y respecto del gran dramaturgo W. Shakespeare también se ha defendido que muchos de sus textos fueron producto del trabajo de sus actores.
5.
¿Por qué tratas a los
personajes femeninos de tus cuentos de una forma llamémosla clásica o incluso
romántica?
La influencia del mundo greco-romano,
del renacimiento italiano, del romancero español y de los clásicos españoles,
escritores y pintores, ha sido determinante.
Por estudios, el siglo de oro inglés también me ha acompañado. Menos, el
francés, el italiano y el alemán. Mis amores platónicos por la belleza siempre
me han acompañado. Pero fue Marian, esposa, amiga, compañera ya en 43 años mi maestra de lo femenino. Tal vez mis
personajes femeninos no parezcan feministas, pero son muy humanas y a menudo
rompedoras; van más allá de cualquier –ismo.
Y mi carácter apasionado
1.
¿Te consideras un escritor más bien clásico o
moderno?
Sin duda alguna me siento halagado
cuando alguien me dice que soy un clásico.
Leo mucho y muy variado de escritores
europeos, americanos, africanos, asiáticos y árabes porque quiero saber dónde
me encuentro entre los escritores de este mundo: qué hago bien/ qué no sé
hacer/que no quiero hacer, cómo puedo mejorar etc.
2.
¿Por qué a menudo tus personajes son pequeños
filósofos?
La profesión: la ironía en mi
profesión sobre todo en los últimos años ha sido mi tabla de salvación. La
ironía es singularidad en la imagen, es literatura y es filosofía.
Aprender siempre ha sido para mí un
objetivo vital: si un libro no te enseña algo, no te hace pensar, ¿para qué
sirve? Si no desentrañamos la vida, ¿para qué sirve esta?
Aprender algo cada día de la vida te da muchas más satisfacciones que el concepto “disfrutar” de la modernidad, que a menudo es una huida adelante.
8.
¿Por qué decidiste
escribir “Cuentos de las tres edades”?
-Todo escritor tiene libros escritos
que nunca saldrán a la luz. Este libro no deja de ser un pequeño homenaje a ese
montón de libros que no verán la luz ni los ojos del público.
9. También has sido cuentacuentos. ¿Te atreverías
a contarnos un cuento ahora mismo?
-Llevamos unos 13 minutos hablando. Cada uno de vosotros habrá entendido cosas distintas de mis palabras, porque sólo entendemos desde nuestra experiencia. Cuando mis alumnos no me entendían les contaba el siguiente cuento de Víctor Sklovsly: El mujik
Para acabar, ¿cómo definirías la amistad y el amor?
-La palabra mejor aprendida
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