sábado, 2 de octubre de 2021

 

Entrevista al autor de 

"Cuentos de las tres edades"

Juan Carlos Martínez Iglesias -creo que la mayoría de los presentes lo conocéis- siempre ha sido un apasionado de la vida y de la gente. A menudo ha combinado en su vida varias de sus pasiones: la lectura, la escritura, la música, el deporte, los viajes...y especialmente su profesión, profesor de Secundaria-Bachillerato que tanto le ha dado y que le ha permitido vivir innumerables experiencias, o aventuras, en esta vida.

Pero no le preguntaremos lo que muchos de vosotros sabéis o habéis leído en las cubiertas de sus libros.

1.     Juan Carlos, ¿Qué han significado los cuentos en tu vida? ¿Cómo comenzaste a escribir cuentos?

La vida es un cuento, un relato breve continuo. Cada día es una historia. De hecho, cuando nos encontramos con los amigos, o la familia, lo primero que decimos es: ¡Cuéntame un cuento!, o sea: qué es de tu vida. Y contamos. Contamos pequeñas historias. Por tanto, la vocación oral de cuentistas la arrastramos todos y cada uno de nosotros en la vida.

Luego viene lo de escribir, para que dure un poco más en la memoria colectiva. En estos 17 años de escribir historias, o relatos, o cuentos han sido esencialmente las personas de mi entorno quienes me los han regalado, o inspirado. Por eso, en un momento determinado entendí, y me quedó bien claro, que a todos alguien debería escribirnos un cuento. De hecho a mí también me ha escrito el mío ese alguien.

Porque los cuentos son una forma amable de aprender de la vida a través de otras vidas, sin que sobren palabras, de forma directa, concisa.

Así, pues, los cuentos siempre me han rodeado, sobre todo en mi profesión.

2.     ¿Se puede escribir sin leer?   

¿Se puede escribir poesía sin haber leído a Lorca, Machado, J.R. Jiménez, Juan de la Cruz, Teresa de Jesús, Jorge Manrique, Garcilaso, Lope de Vega, Quevedo  etc. etc?

Es posible. Pero, ¿seguro que el poeta no andaría cojo, manco o tartamudo en su quehacer?

En los cuentos, y novelas, ocurre lo mismo. El resultado será diferente, el del buen lector-escritor y el del autosuficiente que desprecia lo ya escrito en el presente y en el pasado, algo no difícil de apreciar al leer un texto.

La infancia me dio cuentos (rusos, griegos, chinos, españoles…), la adolescencia me enseñó los clásicos, la mili la novela hispanoamericana, etc, etc.

Y como decía mi gran profesor de griego, el P. Marquina, a mis 17 años, “Hijitos, mañana agradeceréis lo que hoy leéis, estudiáis y creéis que no os sirve para nada”. En mi caso fue profético.

3.     ¿Por qué escribes cuentos y no novelas?

Hay publicadas dos novelas, una situada en Burgos, la otra en Bilbao. Existen otras en el cajón del autor. Sin embargo, tuve que aceptar las palabras de Marian, mi pareja, cuando me sugirió que lo mío eran los relatos breves, los cuentos.

En realidad siempre he escrito sobre mi entorno, por eso en ello siempre aparece Burgos, Bilbao, Navarra y los países que me han acogido y con cuyos ciudadanos he tenido la suerte de comunicarme. Si no, ¿cómo es posible que aparezcan personajes tan distintos de los países y ciudades que observáis en la pantalla?

4.     ¿Qué cuento tuyo es el que más te gusta?

-Respuesta imposible. Me gustan especialmente los que llegan al lector, y me lo comunican. En el presente libro el 80% son cuentos inspirados por amigos y regalados a esos mismos amigos (mis disculpas por no haberos escrito a los aquí presentes aún vuestro cuento simplemente, tal vez, porque os conocí demasiado pronto, cuando el cuento en mí era algo tan solo oral.

¿Cuál me gusta más? Cada uno de ellos me trae el recuerdo de quien me lo regaló. En la Literatura medieval con frecuencia el autor era anónimo o incluso colectivo. En ese sentido mis cuentos podrían pertenecer a la colectividad. No está demostrado que incluso la Ilíada de Homero fuese un trabajo individual y respecto del gran dramaturgo W. Shakespeare también se ha defendido que muchos de sus textos fueron producto del trabajo de sus actores.

5.     ¿Por qué tratas a los personajes femeninos de tus cuentos de una forma llamémosla clásica o incluso romántica?

La influencia del mundo greco-romano, del renacimiento italiano, del romancero español y de los clásicos españoles, escritores y pintores, ha sido determinante.  Por estudios, el siglo de oro inglés también me ha acompañado. Menos, el francés, el italiano y el alemán. Mis amores platónicos por la belleza siempre me han acompañado. Pero fue Marian, esposa, amiga, compañera ya en 43 años  mi maestra de lo femenino. Tal vez mis personajes femeninos no parezcan feministas, pero son muy humanas y a menudo rompedoras; van más allá de cualquier –ismo.

Y mi carácter apasionado

1.      ¿Te consideras un escritor más bien clásico o moderno?

Sin duda alguna me siento halagado cuando alguien me dice que soy un clásico.

Leo mucho y muy variado de escritores europeos, americanos, africanos, asiáticos y árabes porque quiero saber dónde me encuentro entre los escritores de este mundo: qué hago bien/ qué no sé hacer/que no quiero hacer, cómo puedo mejorar etc.

2.      ¿Por qué a menudo tus personajes son pequeños filósofos?

La profesión: la ironía en mi profesión sobre todo en los últimos años ha sido mi tabla de salvación. La ironía es singularidad en la imagen, es  literatura y es filosofía.

Aprender siempre ha sido para mí un objetivo vital: si un libro no te enseña algo, no te hace pensar, ¿para qué sirve? Si no desentrañamos la vida, ¿para qué sirve esta?

Aprender algo cada día de la vida te da muchas más satisfacciones que el concepto “disfrutar” de la modernidad, que a menudo es una huida adelante.

8.     ¿Por qué decidiste escribir “Cuentos de las tres edades”?

-Todo escritor tiene libros escritos que nunca saldrán a la luz. Este libro no deja de ser un pequeño homenaje a ese montón de libros que no verán la luz ni los ojos del público.

9.  También has sido cuentacuentos. ¿Te atreverías a contarnos un cuento ahora mismo?

-Llevamos unos 13 minutos hablando. Cada uno de vosotros habrá entendido cosas distintas de mis palabras, porque sólo entendemos desde nuestra experiencia. Cuando mis alumnos no me entendían les contaba el siguiente cuento de Víctor Sklovsly: El mujik

           Para acabar, ¿cómo definirías la amistad y el amor?

-La palabra mejor aprendida

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